Dulce de Leche Casero

El Dulce de Leche es una salsa parecida al caramelo, endulzada con leche, muy popular en muchos países de América del Sur. Es cremoso, rico y está lleno de un dulce sabor, sirviendo como un delicioso relleno para pasteles, repostería e incluso como untable en tostadas. Hacerlo en casa garantiza un sabor auténtico y una cremosidad difícil de igualar. Aquí te mostramos cómo puedes preparar un tarro de este celestial manjar.

Ingredientes:

  • 1 litro de leche entera
  • 250 gramos de azúcar
  • ½ cucharadita de bicarbonato sódico
  • Una pizca de extracto de vainilla

Instrucciones:

  1. Preparar la Mezcla: Comienza vertiendo la leche en una cacerola y colócala a fuego medio. Una vez que esté caliente, pero antes de que comience a hervir, reduce la llama. Añade el azúcar y remueve continuamente. Esto asegura que el azúcar no se asiente en el fondo y se queme. Continúa removiendo hasta que el azúcar se haya disuelto completamente. Ahora, incorpora el extracto de vainilla y el bicarbonato.
  2. Proceso de Cocción: Cocina la mezcla a fuego lento. Es crucial asegurarse de que no hierva. Mientras se cocina a fuego lento, remuévela periódicamente. Esto ayuda a prevenir que la mezcla se pegue en la base de la cacerola. Verás la mezcla espesarse y oscurecerse con el tiempo. El proceso de cocción puede llevar entre 90 minutos a 2 horas, dependiendo de la consistencia y color deseado. Recuerda, cuanto más tiempo se cocine, más oscuro y denso será el resultado.
  3. Enfriamiento: Una vez que logres la consistencia deseada, retira la cacerola del fuego. Continúa removiendo la mezcla durante otros 5-10 minutos mientras comienza a enfriarse. Esto garantiza una textura uniforme.

Permite que se enfríe completamente. Tu Dulce de Leche casero ahora está listo para ser saboreado. Guárdalo en un recipiente hermético y disfruta de la deliciosa dulzura cuando lo desees.

Consejo: El Dulce de Leche no solo es delicioso por sí solo, sino que también es un ingrediente versátil. Puedes usarlo como relleno para tortas, rociarlo sobre helados, untarlo en panqueques o incluso comerlo directamente del tarro. Sea cual sea tu elección, su cremosidad y sabor a caramelo nunca te decepcionarán.

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