Las Clásicas Galletas de Mantequilla: Un Delicioso Bocado para Todas las Edades
Las galletas de mantequilla, con su textura ligera y crujiente y su sabor mantecoso, han sido un deleite querido por generaciones. Ya sea para una reunión festiva, una merienda a la hora del té o simplemente para satisfacer un antojo dulce, estas galletas nunca decepcionan. Aquí te presentamos una sencilla receta que te ayudará a recrear este clásico en casa.
Ingredientes:
- 200 gramos de mantequilla en pomada (a temperatura ambiente)
- 120 gramos de azúcar
- 280 gramos de harina de trigo
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Instrucciones:
- Preparación de la Mezcla de Mantequilla y Azúcar: Empieza colocando la mantequilla en un bol. Es esencial que la mantequilla esté a temperatura ambiente para facilitar su mezcla. Combina con el azúcar hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
- Añadiendo Aroma: Agrega la esencia de vainilla y mezcla bien. La vainilla dará a las galletas un aroma delicioso y potenciará su sabor.
- Incorpora la Harina: Tamiza la harina de trigo para asegurarte de que no haya grumos. Gradualmente, añade la harina tamizada a la mezcla de mantequilla, combinándolas hasta obtener una masa homogénea.
- Dando Forma a las Galletas: La forma más sencilla de darles forma es convertir la masa en un cilindro o tronco. Puedes usar papel film para ayudar en este proceso. Una vez formado, refrigera el cilindro durante al menos una hora. Esto facilitará el corte y modelado de las galletas más tarde.
- Corte y Horneado: Después de que la masa se haya enfriado, córtala en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor. Coloca las rodajas en una bandeja para hornear, asegurándote de dejar espacio entre cada galleta. Precalienta tu horno a 180°C y hornea las galletas durante unos 11-12 minutos. Vigílalas y, en cuanto los bordes empiecen a dorarse, es hora de sacarlas.
- Nota: Si las galletas aún parecen blandas después de hornear, no caigas en la tentación de cocinarlas demasiado. Se endurecerán al enfriarse. Hornearlas en exceso podría resultar en galletas demasiado duras.
Sugerencias para Servir:
Sirve estas galletas de mantequilla con una taza de té o café y ¡mira cómo desaparecen! Guarda las que sobren en un recipiente hermético para disfrutarlas durante los siguientes días.
Esta receta atemporal es un testimonio del hecho de que, a veces, los ingredientes más simples, combinados con amor y cuidado, resultan en los bocados más deliciosos. ¡Disfruta de tu horneado y del delicioso resultado!